Se trata de una técnica de entrenamiento en autohipnosis para el alivio del dolor, surgida al calor de los trabajos de investigación desarrollados por un grupo de psicólogos cubanos en la Clínica del Dolor del Hospital Docente Clínico Quirúrgico 10 de Octubre, en la Habana, en la década de los 90. El autor principal de este sencillo, pero eficaz procedimiento terapéutico, es el psicólogo José C. García.
La técnica consta de tres fases que se pueden enseñar de manera independiente: la primera consiste en un ejercicio respiratorio, la segunda combina el ejercicio respiratorio con la visualización y en la tercera se elaboran junto al paciente las sugestiones específicas para el alivio del dolor a través de imágenes mentales, o sea, que se utiliza la técnica como un procedimiento de inducción hipnótica para el autocontrol del dolor. La idea de combinar el entrenamiento en ejercicios respiratorios, visualizaciones generales y visualizaciones guiadas en tres momentos demarcados por una entrevista se basa en la necesidad de ahorrar tiempo y esfuerzos en la práctica clínica, ya que con esta técnica se logran los objetivos de entrenar al sujeto y de lograr mejoría de manera simultánea. Los ejercicios respiratorios tienen una probada eficacia para inducir relajación y por ende, tienen un efecto inmediato de alivio del dolor. Son además muy fáciles de aprender para cualquiera, lo que resulta especialmente útil en aquellas situaciones clínicas en las que se necesita un alivio inmediato del dolor y una rápida sedación del paciente, como ocurre en los servicios de urgencia, en cirugía, etc.
La visualización libre tiene la ventaja de que permite evaluar en la práctica las preferencias y modalidades particulares de sugestibilidad del sujeto, además de que ella en sí misma tiene efectos terapéuticos de relajación y alivio del dolor. También entrena al sujeto para el uso de la visualización focalizada, que no resulta imprescindible enseñársela a todos los pacientes, pues hay personas que logran un alivio importante del dolor y la ansiedad solamente con los ejercicios anteriores.
El FRD está pensado como una técnica coadyuvante en el tratamiento del dolor, de ninguna manera sustituye los procedimientos habituales de diagnóstico y tratamiento, y su eficacia se incrementa en los marcos del tratamiento multidisciplinario cuando se combina con otras técnicas.
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